La misión de las misiones: La adoración

En su excelente libro, Alégrense las naciones!: La soberanía de Dios en las misiones (el cuál se puede leer gratuitamente aquí), John Piper muestra una conexión importante entre las misiones y la adoración.  El libro comienza con este pensamiento:

¨Las misiones no son el objetivo último de la Iglesia.  El objetivo último es la adoración.  Las misiones existen porque no hay adoración.  La adoración es el objetivo último, y no las misiones, porque Dios es la realidad última, no el Hombre. Cuando esta era se acabe, y los millones de redimidos se postren ante el trono de Dios, las misiones dejarán de existir.  Es una necesidad temporal.  Pero la adoración permanece para siempre.»

La adoración de la que habla Piper implica honrar a Dios con todo nuestro ser en cada situación en la que nos encontramos (Rom. 12:1, Col. 3:17).  ¿Pero tiene algo que ver esta vida de adoración con la música?  Pues según la Biblia, el cantar en adoración a Dios es una parte integral de la vida cristiana–ahora y para siempre.

ADORACION MUSICAL EN LA BIBLIA

Para empezar, la alabanza musical es una forma de adoración siempre presente en la Biblia para dar la gloria a Dios–para celebrar lo que Él ha hecho y para comunicarle nuestro amor y gratitud.  ¡La historia bíblica está llena de música!  Al salir de Egipto y cruzar el mar y reflexionar sobre que tan poderoso es Yahweh, Moisés y los Israelitas cantan a su Dios, gloriando en su victoria:

¨Cantaré al SEÑOR, que se ha coronado de triunfo

arrojando al mar caballos y jinetes.

El SEÑOR es mi fuerza y mi cántico;

él es mi salvación.

Él es mi Dios, y lo alabaré;

es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.

El SEÑOR es un guerrero;

su nombre es el SEÑOR.¨ (Éxodo 15:1-3)

Éste es sólo un ejemplo del pueblo de Dios alabándole al Señor con canciones.  El libro de los Salmos está lleno de cantos basados en la fidelidad del Señor, la historia de su pueblo, el pecado del hombre, la dificultad de la vida, y el arrepentimiento y gozo que experimentamos como cristianos.  Hay instrucciones para los líderes de música y hasta se mencionan varios instrumentos.

Piper dice que la ¨adoración permanece para siempre¨ y así es también con la alabanza musical.  El apóstol Juán nos da un vistazo de lo que nos espera en el cielo.  Apocalipsis 14:3 describe a personas delante del trono de Dios cantando un himno nuevo.  ¿Qué maravilla, no?  Pasaremos la eternidad con música para Dios.  Pasaremos la eternidad adorándole a nuestro Dios cara a cara con el canto.

MUSICA QUE INFORMA ADORACION DIARIA

La adoración musical nos ayuda a alabar a Dios en cada área de nuestras vidas.  El cantar himnos y alabanzas al Señor juntos en la iglesia e individualmente en nuestras casas, coches y duchas (jiji) es una experiencia formativa.  Nos moldea, nos alimenta y nos orienta.

Los Salmos nos dan un ejemplo de cómo los cantos pueden ayudarnos a predicar el evangelio a nosotros mísmos.  Nos a ayudan a razonar con nosotros mismos con respecto al evangelio.  He escrito más sobre este tema aquí.   El Salmo 116:7 dice, ¨Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo.¨ Vemos que el Salmista habla con su propia alma para animarla a alabar a Dios cuando se siente desanimado, incrédulo o lastimado.  Los cantos nos dan una forma de, a la vez, pedirle a Dios que nos ayude a alabar y también decir, ¨Alma mía, sé que te es difícil aferrarte a Dios en este momento, pero recuerda todo lo que Dios ha hecho por ti.  Recuerda la cruz. Recuerda la resurrección.  Y recuerda que Cristo reina e intercede por ti hoy día!  Levántate y acude a Dios.¨ Un buen ejemplo de esto es el himno ¨Salmo 103 (Oh bendice, alma mía)¨ que dice:

Oh bendice, alma mía,
A tu Rey y tu Señor,
Al que amante te dio vida,
Te cuidó y perdonó.
Canta, canta, alma mía,
Canta al poderoso Dios.

La alabanza musical nos da perspectiva.  Nos recuerda que el mundo miente cuando nos dice que lo que vemos y experimentamos es la única realidad.  La adoración nos orienta a la realidad del reino de Dios en el que Dios mismo es el Rey, aún cuando nos sentimos lejos de Él (o hasta abandonados).  Cuando a Pablo y Silas los metieron a la cárcel, hicieron algo increíble.  No dice la Biblia que se quejaron. No dice que se desesperaron.  Dice Hechos 16:25, ¨A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.¨ En medio de circunstancias incómodas, frustrantes y temerosas, estos misioneros se pusieron a orar y cantar.  Sabían que los carceleros no eran los que realmente tenían el control sobre su situación sino que Dios reinaba.  Los cantos nos dan perspectiva para enfrentar la circunstancias (y el sufrimiento) de la vida con esperanza, humildad y gozo profundo.

Tendemos a pensar tanto en nosotros mismos que poco a poco nos vamos olvidando de nuestro Dios y de nuestros vecinos.  Las alabanzas musicales dirigen el enfoque fuera de nosotros mismos y hacia Dios, donde debe estar.  Los cantos nos ayudan a recordar el carácter de Dios, la obra de Dios y la gracia de Dios.  De esta forma, nos enamoramos más y más de nuestro Dios y nos olvidamos más y más de nosotros mismos.  El himno ¨Maravilloso es el Gran Amor¨ es un buen ejemplo de esto:

Él su hogar abandonó dejando gloria y honor
De todo ello despojó por rescatar al pecador
Misericordia él mostró su gran amor me alcanzó
Oh maravilla de su amor por mi murió el Salvador.

Mientras más nos enamoramos de nuestro Dios, más le alabaremos con nuestras voces y nuestras vidas.  La alabanza musical es una práctica biblica que nos puede impulsar a alabar a Dios con todo nuestro ser en toda circunstancia.

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