Pensamientos sobre la filosofía del cantar, la selección de cantos y la dirección de alabanza del ministerio universitario RUF

Pensamientos sobre la filosofía del cantar, la selección de cantos
y la dirección de alabanza del ministerio universitario RUF
Por Brian Habig, Ministro de Campus en la Universidad del Estado de Mississippi
Traducción por Jared Weatherholtz
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El pueblo de Dios siempre ha sido una comunidad que canta, así que parece más apropiado pedir
una defensa de por qué no cantaríamos juntos como ministerio. El cantar juntos es bíblicamente
mandado y edificante para los hermanos.

Cantando juntos, participamos en la alabanza corporal, no la alabanza designada. Es decir,
nuestra alabanza al SEÑOR en células de la universidad nunca se debería entender como un
sustituto por los tiempos designados de reunión para la alabanza en las iglesias locales; pero sí es
alabanza corporal en el sentido de que estamos participando en el cantar con adoración y
haciéndolo corporalmente (juntos como grupo). La única excepción sería en aquellas ocasiones
cuando una conferencia o retiro trata su reunión dominical de la mañana como un servicio
designado de alabanza, en cuyo caso el cantar (junto con los otros aspectos del servicio) están
hechas bajo la supervisión de un anciano docente de la Iglesia Presbiteriana.

El meollo de la alabanza es la proclamación de las glorias de Él que merece tal actividad. Nota
el lenguaje de la alabanza de Jesucristo actualmente ocurriendo en el cielo: ¨¡Digno es el
Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la
honra, la gloria y la alabanza!¨ (Ap 5:12). Estamos proclamando y regocijando en su ¨valor¨ (de
lo cual se deriva nuestra palabra ¨alabanza¨).

En turno, esto tiene implicaciones para los tipos de canciones que utilizamos como ministerio.
No es suficiente que una canción simplemente mencione el nombre de Dios o de Jesucristo, o
que transmita temas bíblicos sobre la vida cristiana. Intentamos usar aquellas canciones que sean
líricamente centradas en Dios en lugar de ser centradas en el hombre. Además, intentamos usar
canciones centradas en Dios que sean sólidas y sustanciales en su contenido (¡mientras más
centradas en Dios sean, más sólidas y sustanciales serán!). Esto explica por qué la RUF tiende a
hacer uso de himnos y salmos más que cualquier otro tipo de alabanza. Damos la bienvenida a
las canciones evangélicas y los coros de alabanza que sean centradas en Dios y sustanciales en
contenido pero también intentamos no bajar nuestros estándares optando por lo fácil.

La letra no es el único criterio para la elección de cantos. Las canciones también deben ser
excelentes en cuanto a la música que acompañe la letra. Puesto que Jesucristo tiene toda la
autoridad en el cielo y en la Tierra y domina todo (Mt 28:18; Ef 1:20-22; Fil 2:9-10), Él es el
Señor de la música también. Por lo tanto, queremos utilizar melodías que sean de buena calidad
y que capturen algo de lo que comunica la letra. Esto tiene varias implicaciones. Primero,
significa que, en algunas instancias, la melodía original de un himno o canción será utilizada,
puesto que es apropiada para el mensaje que le acompañe. Sin embargo, en otras instancias, una
nueva melodía será utilizada, puesto que la antigua pueda ser tan ajena a nuestro estilo de cantar
que tiene el efecto de sofocar el himno, salmo, canción, etc. de su potencial para ayudarnos a
alabar. Segundo, esto también significa que como ministerio intentamos ayudar a los estudiantes
a que se quiten el vicio de siempre cantar melodías más juveniles (las cuales casi siempre serán
más familiares) para que empiecen a desarrollar un gusto por las más sustanciales. Esta área es
muy difícil y a veces inevitablemente subjetiva, pero la retroalimentación de los que son menores
tanto como la de los mayores ayuda a informar nuestra toma de decisiones.

Dirigir es una labor tanto solemne como alegre. Es solemne en que a uno le es dada la
responsabilidad de dirigir y apoyar en la alabanza de nuestro Padre y Rey Todopoderoso, y es
alegre porque nuestra alabanza debe ser exactamente eso—¡alegre!

Mientras uno dirige los cantos en una reunión de la RUF (reunión principal, reuniones
dominicales de la noche, retiros de fin de semana, conferencia de verano, etc.), uno tiene una
gran influencia sobre el espíritu en el que el grupo cantará. Si el líder comunica una actitud de
apatía y rutina, entonces esa actitud es la que probablemente se contagiará al grupo que está
siendo dirigido. Por otro lado, si el líder adopta una especie de emoción falsa mientras dirige los
cantos, o el grupo se fastidiará por lo que (justamente) percibe como insinceridad o serán
presionados a entender de una forma falsa la alabanza emotiva (ej., ¨Si me siento prendido,
entonces debo estar en un buen estado de alabanza¨). Los dos extremos se deben evitar. No hay
nada aburrido ni rutina sobre la alabanza al Dios Vivo, nuestro Padre Celestial, con canto— ¡la
vamos a disfrutar por toda la eternidad! Por lo tanto, queremos hacer todo lo posible para evitar
dirigir la atención a nosotros mismos (como líderes de alabanza) y para dirigir la atención del
grupo al Dios quien alabamos. ¿Cómo se debe hacer esto?

Algunos consejos prácticos para los que dirigen los cantos:
1) ¡Ora antes de participar en dirigir los cantos! Pídele al Espíritu Santo no solamente que le
ayude y le dé poder al pueblo de Dios para cantar con un espíritu de adoración, de reverencia y
de alegría, pero también que les bendiga a los que están dirigiendo. Ora para que Él prevenga
que te preocupes tanto por la labor de dirigir que dejes de cantar al Señor.

2) La preparación de antemano bendecirá tanto a los líderes como a los que están siendo
dirigidos. Esto involucrará varios aspectos:

    a) ¡Asegúrate de que los guitarristas se sepan los acordes correctos y que los que van
    a dirigir se sepan la melodía correcta! Quizá esto suene muy obvio pero como
    muchas universidades cantan las mismas canciones con diferencias sutiles, estas
    diferencias pueden emerger en medio canto y confundir al grupo. Hay que tomar
    en cuenta estos detalles de antemano.

    b) Checa de antemano a ver que todos los instrumentos estén afinados. Si es posible,
    afina los instrumentos en un cuarto quieto antes de empezar.

    c) Asegúrate de que la letra de las canciones esté en vista de todos o que los
    cancioneros estén al alcance de todos. Si usas retroproyector o cañon, escribe la
    letra lo más grande posible y consigue quien ajuste la letra mientras la canción
    progresa.

    d) Checa a ver que el equipo de sonido (si vas a usar) funcione y esté listo.
    Vuelvo a repetirlo: Estos quizás suenen como pasos obvios, pero es muy común
    que se descuiden y pues no queremos interrumpir la alabanza.

3) El líder necesita dirigir decisivamente. No quiere decir que sea mandón; simplemente
significa que el líder necesita saber qué se va a cantar, cómo el mismo acto de cantar nos ayuda a
alabar a nuestro Padre y qué debe hacer el grupo. Tanto la timidez como el carácter mandón son
inapropiados. Se debe dirigir humildemente pero decisivamente.

4) ¡Evita la verbosidad! El grupo ni necesita ni quiere un sermón entre cada canción. Si parece
que el examinar un lírico o un versículo bíblico apropiado puede contribuir a la alabanza del
grupo, entonces hazlo concisamente. También, no critiques a un grupo por su forma de cantar;
una exhortación apropiada (¨vamos a cantar fuerte en ésta¨) es adecuada.

5) No descuides tu propia alma. Éste es quizás el aspecto más importante al dirigir los cantos.
Si los líderes no se alimentan con la Palabra de Dios, ¿cómo pueden dirigir a otros al Dios que se
revela en Su Palabra? Si descuidan la alabanza privada en sus propias vidas de oración, ¿cómo
van a ser capacitados para dirigir la alabanza pública? No hay ningún sustituto para el
acercamiento genuino a Dios.

Indelible Grace 2005
http://www.igracemusic.com/resource/articles/singingsongchoice.htm

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